Analítica metales pesados Madrid

La exposición a metales pesados puede causar enfermedades graves según sea el metal, la dosis y el tiempo de exposición. Algunos de sus efectos pueden manifestarse años después de la exposición, incluso cuando ésta haya cesado. El plomo provoca plumbismo o daño neurológico, con anemia, dolor abdominal y en niños, retraso en el desarrollo cognitivo.

El mercurio genera hidrargirismo o intoxicación mercurial, causando temblores, alteraciones visuales, daño renal y en casos graves, fallo cerebral. El arsénico produce arsenicosis, vinculada a lesiones en piel, cáncer de vejiga o pulmón, y neuropatía periférica o daño en nervios de manos y pies.

El cadmio causa itai – itai, una dolorosa enfermedad ósea, con daño renal grave y osteoporosis.

El aluminio en exceso se asocia a encefalopatía dialítica o confusión mental aguda, en pacientes renales y anemia. La intoxicación por talio genera caída del cabello, neuropatía severa y fallo cardíaco.

El cromo tóxico produce úlceras nasales, alergias cutáneas y cáncer de pulmón. El manganeso elevado causa manganismo, un síndrome similar al Parkinson, con temblores y rigidez muscular.

El níquel puede desencadenar dermatitis alérgica y cáncer nasal en exposiciones laborales. La prevención y diagnóstico temprano son la clave para evitar daños irreversibles.

Esta analítica está indicada si existe exposición conocida o sospecha de intoxicación por metales pesados. Se recomienda en trabajadores de industrias de riesgo como minería, fundiciones, reciclaje electrónico o fabricación de baterías.

Es necesaria ante síntomas sugerentes: neurológicos como temblores o pérdida de memoria, digestivos como cólicos persistentes, anemia inexplicable, o lesiones cutáneas sin causa clara. Debe realizarse tras accidentes con rotura de termómetros de mercurio o inhalación de humos de soldaduras.

Es prioritaria en niños con retraso del desarrollo que vivan en zonas con pintura vieja o tuberías de plomo. Se solicita en residentes de áreas con contaminación industrial o agrícola grave, especialmente si consumen agua de pozos no controlados.

Es crucial en intoxicaciones agudas por ingestión de sustancias como venenos para roedores que contengan talio o arsénico. Forma parte del seguimiento en pacientes con implantes médicos de aleaciones metálicas que presenten dolor local o síntomas sistémicos.

Se indica durante embarazos si la madre tiene exposición laboral a metales neurotóxicos como plomo o mercurio. Se usa para monitorizar tratamientos con terapias de quelación para eliminar metales del cuerpo. Al iniciar trabajos con exposición a estos metales en sectores de alto riesgo como evaluación preventiva.

Los síntomas de tener exceso de metales pesados en el organismo varían según el metal y el nivel de du acumulación. El plomo causa cólicos abdominales intensos, anemia, fatiga extrema, y en niños, dificultades de aprendizaje y retraso en el desarrollo.

El mercurio provoca temblores en manos, alteraciones visuales o auditivas, cambios de humor y daño renal.

El arsénico genera manchas en piel, lesiones tipo «hiperqueratosis»; o engrosamiento de palmas de las manos o plantas de los pies, neuropatía periférica, o entumecimiento en pies / manos, y riesgo de cáncer.

El cadmio desencadena dolor óseo similar a osteoporosis, daño renal
progresivo y dificultad respiratoria. El aluminio en exceso se vincula a confusión mental, debilidad muscular y anemia resistente.

El talio causa caída repentina del cabello, dolor neuropático severo, como la sensación de quemazón en las extremidades y problemas gastrointestinales agudos.

Síntomas comunes incluyen náuseas persistentes, pérdida de peso inexplicable, dolores musculares generalizados y alteraciones en la memoria a corto plazo. En exposiciones crónicas, pueden aparecer años después como trastornos neurológico degenerativos o fallo renal crónico. La combinación de varios síntomas sin causa clara justifica la evaluación médica urgente.

La eliminación segura requiere intervención médica especializada. El método principal es la terapia de quelación, que usa medicamentos llamados agentes quelantes, o sustancias que atrapan metales, administrados vía intravenosa u oral, como EDTA para plomo, DMPS para arsénico / mercurio, o succímero para plomo infantil.

En intoxicaciones agudas, se aplican antídotos específicos como dimercaprol para arsénico o talio. La hidratación intensiva ayuda a eliminar metales por orina en casos renales como cadmio. Para mercurio, se usa carbón activado si la ingesta es reciente. Medidas complementarias incluyen suplementación con minerales esenciales como zinc o selenio, que bloquean la absorción de metales en intestinos.

Nunca se debe intentar la automedicación, pues los quelantes mal usados causan daño renal o desequilibrios peligrosos. La prevención de nueva exposición es crucial: usar equipos de protección en trabajos de riesgo, evitar aguas contaminadas y alimentos de zonas industriales. Algunos metales como el plomo se almacenan en huesos y requieren tratamientos prolongados.

El seguimiento con análisis periódicos verifica la reducción de niveles tóxicos. Solo profesionales deben guiar este proceso tras confirmar el metal y grado de intoxicación.