Consulta de podología para quitar las callosidades del pie
Quitar callos de las plantas de los pies
Los callos son áreas localizadas de piel gruesa y endurecida que suelen ser más pequeñas que las callosidades, con un centro más compacto y rodeado de piel inflamada, generados por presión o fricción repetida en zonas específicas, como los dedos de los pies, la planta o el borde exterior. Los callos suelen aparecer en puntos óseos donde el calzado o actividades diarias incrementan el roce, provocando molestias o dolor al presionar.
El diagnóstico de los callos lo realiza un podólogo quien inspecciona las áreas afectadas para diferenciar los callos de otras condiciones como verrugas plantares o infecciones.
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¿Cómo un podólogo quita los callos de los pies?
Durante la consulta podológica para quitar los callos de la planta del pie se analiza el historial del paciente, considerando factores como el uso de calzado inadecuado, deformidades del pie o alteraciones biomecánicas que puedan contribuir al problema. A menudo, se aplica presión sobre el callo para determinar el nivel de sensibilidad o dolor asociado, lo que ayuda a confirmar el diagnóstico y evaluar su severidad.
El podólogo utiliza instrumental especializado para callos, como bisturíes o cuchillas estériles, para retirar con precisión las capas de piel endurecida sin causar daño al tejido sano, asegurándose de no generar dolor al paciente. En algunos casos, emplea dispositivos como limas eléctricas o manuales para suavizar la zona y nivelar la superficie de la piel.
Si el callo en la planta del pie tiene un núcleo o raíz profundo, lo elimina cuidadosamente para evitar su reaparición, ya que este suele ser el punto de mayor presión o fricción, en la consulta de podología para quitar callos el podólogo no dará un asesoramiento sobre cuidados posteriores, como mantener la piel hidratada y evitar calzado ajustado o inadecuado.
Tipos de callos en los pies que aparecen
- Callos blandos
- Callos duros
- Callos vasculares
- Callos neurofibrosos
¿Por que tengo callos?
¿Cuál es la causa de aparición de los callos?
Los callos en la planta del pie se originan como respuesta natural de la piel a la fricción o presión repetida en áreas específicas, lo que lleva a un engrosamiento localizado de las capas externas para proteger los tejidos subyacentes. Esta presión excesiva suele estar relacionada con el uso de calzado inadecuado, como zapatos demasiado ajustados, puntiagudos o con tacones altos, que concentran la fuerza en ciertas partes del pie, o con caminar descalzo en superficies duras, lo que aumenta la fricción directa sobre la piel.
Prevención para que no me salgan callos
¿Qué puedo hacer para evitar que me salgan callos nuevamente?
Los callos en la planta del pie pueden volver a aparecer después de ser eliminados si no se abordan las causas subyacentes que los generan, ya que su formación es una respuesta protectora de la piel ante fricción o presión constante. Si el calzado sigue siendo inadecuado, demasiado ajustado o rígido, o si existen deformidades en los pies que no se corrigen, es probable que el problema reaparezca en las mismas áreas afectadas.
De igual manera, actividades que impliquen movimientos repetitivos, caminar descalzo en superficies duras o mantener hábitos como usar zapatos sin plantillas acolchadas incrementan el riesgo de recurrencia.
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¿Pueden volver a salir después de eliminarlos?
Los callos en la planta del pie pueden volver a aparecer después de ser eliminados si no se abordan las causas subyacentes que los generan, ya que su formación es una respuesta protectora de la piel ante fricción o presión constante. Si el calzado sigue siendo inadecuado, demasiado ajustado o rígido, o si existen deformidades en los pies que no se corrigen, es probable que el problema reaparezca en las mismas áreas afectadas.
De igual manera, actividades que impliquen movimientos repetitivos, caminar descalzo en superficies duras o mantener hábitos como usar zapatos sin plantillas acolchadas incrementan el riesgo de recurrencia. Incluso después de un tratamiento podológico para eliminarlos, la piel puede volver a engrosarse si la presión se mantiene en el mismo punto, ya que la eliminación del callo no modifica las condiciones biomecánicas del pie. Por ello, es esencial tomar medidas preventivas, como usar calzado adecuado, incorporar plantillas personalizadas si se detectan desequilibrios en la pisada, mantener los pies hidratados y exfoliados regularmente, y realizar chequeos periódicos con un podólogo.
En casos donde las alteraciones estructurales del pie sean significativas, un tratamiento más específico o incluso correcciones quirúrgicas en situaciones severas, pueden ser necesarios.
¿Puedo quitarme los callos de los pies en casa?
Es posible eliminar callos de la planta del pie en casa siguiendo medidas seguras, siempre y cuando no presenten signos de complicación como enrojecimiento intenso, dolor severo o infección.
Se recomienda remojar los pies en agua tibia durante 15 a 20 minutos para ablandar la piel endurecida, facilitando su eliminación. Tras el remojo, se puede utilizar una piedra pómez o una lima específica para pies, frotando suavemente sobre el callo en movimientos circulares o lineales para reducir su tamaño sin causar lesiones.
Es fundamental evitar el uso de objetos cortantes como cuchillas o tijeras, ya que pueden generar heridas, infecciones o incluso agravar el problema. Aplicar cremas hidratantes con urea o ácido salicílico después de tratamiento podológico para quitar callos del pie ayuda a mantener la piel suave y a reducir la acumulación futura de tejido engrosado. Sin embargo, es importante abordar las causas subyacentes para prevenir su reaparición, como usar calzado adecuado, evitar fricción excesiva y emplear plantillas protectoras en zonas de alta presión.
En personas con condiciones como diabetes o problemas circulatorios, no se recomienda intentar quitar los callos en casa debido al riesgo de complicaciones, siendo imprescindible acudir a un podólogo. Si son persistentes o recurrentes, es necesario consultar al especialista.
¿Que son las callosidades de los pies?
Las callosidades de los pies son áreas de piel engrosada que se desarrollan como respuesta a una presión o fricción constante, actuando como una protección natural del cuerpo para evitar daños en las capas más profundas de la piel.
Generalmente, se forman en puntos de mayor contacto con el calzado o el suelo, como los talones, la planta del pie y los bordes laterales, siendo más comunes en las personas que caminan descalzas, usan calzado inadecuado o tienen ciertas deformidades en los pies que aumentan la presión en áreas específicas.
Estas áreas engrosadas suelen tener una textura áspera y amarillenta, pueden ser más grandes que los callos y, aunque no siempre son dolorosas, pueden causar molestias al caminar si no se tratan a tiempo. Las callosidades no son una afección médica grave, pero en los casos severos o recurrentes pueden reflejar un problema subyacente en la biomecánica del pie o un calzado inapropiado que requiere ajuste.
Mantener la piel hidratada, usar calzado adecuado y reducir la presión en las zonas afectadas son las principales formas de prevenir la aparición de callos en los pies, aunque en casos avanzados se recomienda la intervención de un un podólogo para realizar una evaluación completa y aplicar tratamientos específicos que restauren la salud de la piel del pie.
Remedios caseros para eliminar los callos
Existen varios remedios caseros que pueden ayudar a eliminar los callos de los pies, pero es importante usarlos con precaución. Uno de los más comunes es remojar los pies en una solución de agua tibia con vinagre de manzana, que actúa como un suavizante natural, ayudando a aflojar la piel engrosada. Otro remedio es el uso de bicarbonato de sodio, que, al disolverse en agua, puede crear una pasta que al aplicarse sobre el callo y dejarla actuar durante unos minutos, facilita su eliminación al exfoliar la piel.
También se recomienda aplicar una mezcla de aceite de ricino, que tiene propiedades emolientes, para suavizar la piel y reducir la dureza del callo, dejándolo actuar durante la noche cubierto con una venda. El ajo, con sus propiedades antimicrobianas, puede aplicarse machacado sobre el callo, cubriéndolo con un vendaje para evitar infecciones y reducir la inflamación.
Además, la cera de abejas o la manteca de karité, por sus efectos hidratantes, pueden ayudar a suavizar la piel y prevenir la formación de nuevos callos al mantener la piel bien nutrida. Estos remedios deben ser complementarios con el uso de un calzado adecuado y la atención a la higiene, y si el problema persiste o empeora, es recomendable consultar con un podólogo para obtener un tratamiento profesional.
Consejos para evitar las callosidades
Incluso después de un tratamiento podológico para quitar los callos de los pies, la piel puede volver a engrosarse si la presión se mantiene en el mismo punto, ya que la eliminación del callo no modifica las condiciones biomecánicas del pie. Por ello, es esencial tomar medidas preventivas:
- Usar calzado adecuado
- Incorporar plantillas personalizadas si se detectan desequilibrios en la pisada
- Mantener los pies hidratados y exfoliados regularmente,
- Realizar chequeos periódicos con un podólogo.
En casos donde las alteraciones estructurales del pie sean significativas, un tratamiento más específico o incluso correcciones quirúrgicas en situaciones severas, pueden ser necesarios.
¿Cuáles son los tipos de callos que existen?
Los callos de los pies, según sea su apariencia, ubicación y las condiciones que los generan, se suelen clasificar principalmente en dos tipos: los duros y los blandos.
Los callos duros: Son los callos más comunes y se caracterizan por una acumulación densa de piel engrosada, seca y rígida, generalmente de forma redonda u ovalada, que se desarrolla en áreas del pie donde la presión es intensa y directa, como la parte superior de los dedos o la planta del pie, y suelen ser dolorosos al aplicar presión.
Los callos blandos: Este tipo de callos se forman en zonas donde la fricción se combina con la humedad, como entre los dedos, presentando una textura más suave, un color blanquecino y un centro más delimitado, que puede ser doloroso y susceptible a infecciones si no se trata adecuadamente.
Callos vasculares: Aunque menos frecuentes, existen variaciones como los callos vasculares, que incluyen vasos sanguíneos dentro de su estructura y son especialmente dolorosos, o los neurofibrosos, que tienen terminaciones nerviosas en su interior y pueden requerir tratamientos más especializados.
Cada tipo de callo tiene características únicas que determinan el enfoque para su tratamiento y prevención, por lo que su correcta identificación es fundamental para tratarlos y evitar complicaciones y recurrencias.
Otros motivos por los que puedes tener callos
También pueden contribuir
Deformidades estructurales del pie, como juanetes, dedos en martillo o pies planos, que alteran la distribución normal del peso y generan puntos de mayor presión.
La biomecánica de la marcha, cuando es anómala, incrementa el roce constante en áreas específicas, agravando el problema.
Factores ocupacionales, como pasar muchas horas de pie o caminar largas distancias sin el calzado adecuado, también incrementan el riesgo de desarrollar callos.
Falta de hidratación en los pies, las personas con piel seca o que no hidratan adecuadamente sus pies pueden tener mayor predisposición, además las actividades deportivas intensas que implican movimientos repetitivos, como correr o practicar deportes de impacto, también son una causa común.
¿Puedo necesitar algún estudio adicional podológico?
En algunos casos, el podólogo para quitar los callos de los pies puede recomendar estudios adicionales, como una evaluación de la marcha, para identificar desequilibrios en la pisada que favorecen su formación. Este análisis integral permite diseñar un plan de tratamiento adecuado y prevenir recurrencias.
También analiza el calzado del paciente y su forma de caminar para identificar y corregir factores que contribuyen a su formación. En casos recurrentes o severos, puede recomendar el uso de plantillas personalizadas o dispositivos ortopédicos para redistribuir la presión en el pie y evitar futuras lesiones en el pie.
Otros tratamientos de podología
A continuación te presentamos otros tratamientos de podología relacionados con la eliminación de callos en la planta de pie en que realizamos en nuestra clinica de podología en Madrid