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Cura tus cervicalgias mareos y dolores cervicales en el cuello

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¿Que son las cervicalgias?

La cervicalgia es una de las molestias más comunes entre los seres humanos. Esta incidencia tan alta se debe a que la zona en la que se da, la parte posterior del cuello, es la parte más flexible de la columna vertebral y soporta un gran número de movimientos a lo largo del día, lo que aumenta la presión a la que se ven sometidos sus músculos y articulaciones pudiendo generar contracturas en el cuello.

Las causas de las cervicalgias son diversas, aunque por lo general se manifiesta como consecuencia de pequeñas lesiones provocadas por movimientos bruscos o malas posturas que dañan los músculos y los ligamentos del cuello. En estos casos se trata de un dolor cervical agudo o contractura en el cuello y su diagnóstico no suele ser grave, pese a que en ocasiones puede llegar a ser realmente molesto.

No obstante, las cervicalgias se suelen dar por lesiones leves, hay ocasiones en las que su manifestación indica afecciones más graves o una cronificación del mismo. Por ello, si el paciente experimenta debilidad en las extremidades o falta de coordinación en éstas junto con mareos cervicales, o pérdida de apetito, náuseas, fiebre y escalofríos, debe acudir de inmediato a un médico para que haga un diagnóstico preciso.

También hay ocasiones en las que determinados hábitos diarios ineludibles, como estar muchas horas sentado en la oficina, pueden provocar una contractura en el cuello generando un dolor en el cuello prolongado que, de no ser tratado, podría cronificarse.

Para remediarlo será necesario adoptar determinadas medidas preventivas, como mejorar las posiciones corporales o regular los asientos, y acudir a un fisioterapeuta en el caso de que las molestias sigan sin remitir.

¿Donde aparecen las cervicalgias?

Generalmente la cervicalgia es un dolor que se localiza en la parte trasera del cuello y que, en función de su gravedad, también puede extenderse hacia los brazos, la cabeza y la espalda. Es una molestia muy frecuente debido a que se trata de la zona de mucha movilidad que la hace más propensa a sufrir lesiones.

Sintomas de cervicalgia

-Existe un dolor en el cuello que suele irradiar principalmente a la mandíbula, a los hombros y al tórax.

Sensación de tirantez y contractura muscular.

– También es recurrente que se den parestesias, es decir, hormigueos en los dedos de las manos, relacionados con la lesión que puede haber provocado algún nervio dañado.

– Acufenos, que son silbidos o zumbidos que se escuchan en uno o ambos oídos sin que exista una fuente exterior de sonido.

Cefaleas en la región occipital, la parte posterior de la cabeza.

pinzamiento cervical

¿Por qué aparece el dolor cervical?

Las causas más frecuentes del dolor cervicalgia son las contracturas en el cuello y los esguinces de los ligamentos de la zona trasera del cuello. Estas lesiones se producen por movimientos repentinos, posturas corporales incorrectas al estar parados o dormidos y por levantar objetos con una disposición corporal incorrecta o demasiado rápido. Asimismo, los accidentes o caídas también pueden provocar daños de distinta gravedad en el cuello, desde fracturas de las vértebras hasta latigazos cervicales, que causan molestias en la zona, además de poder sufrir mareos y contracturas en el cuello.

Otros síntomas de la cervicalgia son los espasmos musculares, la artrosis, las hernias discales, la espondilosis cervical o la fibromialgia también se pueden encontrar en el origen del dolor cervical y sufrir un dolor lumbar puede provocar que éste se irradie hacia el cuello y provoque una cervicalgia.
Asimismo, determinados trastornos psicológicos como el estrés, la ansiedad o la depresión pueden ocasionar tensiones musculares que deriven en un dolor cervical generando una contractura en el cuello.

Por otra parte, existen otras causas de las cervicalgias menos frecuentes pero que también se deben tener en cuenta puesto que igualmente generan dolor en el cuello, como son los desgarros en el revestimiento de alguna arteria del cuello, padecer meningitis, tumores o infecciones de la médula espinal, un infarto de miocardio o una angina de pecho. En estos casos se trata de afecciones más graves, por lo que si se sospecha que puede tratarse de alguna de ellas hay que consultar al médico de inmediato y que haga una valoración de la posible cervicalgia.

En cuanto a la tortícolis espasmódica también puede estar entre las causas de incidencia menor de un dolor en el cuello o cervical. En este caso el origen estará claro, ya que esta afección ocasionará una contractura muscular prolongada en el cuello que restringirá el movimiento de la cabeza e incluso puede hacer que ésta se incline o gire en una posición anormal, causando dolor en otras regiones del cuello.

Por último, las cervicalgias pueden venir provocadas por un deterioro de las cervicales como consecuencia del envejecimiento, lo que podría ocasionar un dolor crónico cuyo tratamiento deberá ser consultado con un especialista en fisioterapia.

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¿Cómo es el dolor de la cervicalgia?¿Existen mareos por cervicales?

Las cervicalgias puede manifestarse de distintas formas. Además del dolor en la parte posterior del cuello, también puede acarrear otros síntomas como sensación de entumecimiento, hormigueo o debilidad en los brazos, dedos, espalda y otras partes del cuerpo.

Por lo general, cuando se trata de un dolor cervical agudo sus síntomas no pasan de las molestias en el cuello acompañadas, ocasionalmente, de alguna irradiación a otras zonas del cuerpo cercanas o de nauseas y mareos. En estos casos la cervicalgia suele estar provocada por lesiones o tensiones derivada de algún trastorno psicológico, por lo que no revisten excesiva gravedad en el apartado físico.

Sin embargo, si el dolor en el cuello viene acompañado de pérdida de fuerza o sensibilidad en las extremidades, sudoración nocturna, molestias torácicas, fiebre, cefalea, dificultad para respirar, las molestias empeoran durante el esfuerzo o se tienen problemas y dolores al tragar alimentos, hay que acudir a un especialista en fisioterapia cuanto antes para hacer una valoración de la posible cervicalgia.

¿Cuánto tiempo dura una cervicalgia?

Si se trata de una cervicalgia aguda provocada por una contractura en el cuello, lesión muscular o esguince de ligamentos su duración es inferior a dos semanas. En cambio, si el dolor cervical se prolonga más de 15 días el problema puede ser más grave o haberse cronificado, por lo que será necesario consultar a un médico o ponerse en manos de un centro de fisioterapia especializado

¿Qué no debo hacer con una cervicalgia?

Para eliminar de formar satisfactoria la cervicalgia o que disminuya nuestro dolor tenemos que tener muy claro cuáles pueden ser las causas, o si nuestro estilo de vida es el adecuado, nuestras posturas, la calidad de sueño que tienes o si descansas adecuadamente, tu alimentación, tus emociones y como gestionas el estrés y la ansiedad en tu vida…

– Antinflamatorios: No es recomendable tomar antinflamatorios más de 10 días seguidos, pues hacer esto puede sobrecargar tu hígado y dañar o inflamar tu estómago, si estos órganos son dañados también el reflejo que hacen en el dolor de cuello es notorio por lo que los síntomas pueden empeorar. También tomar demasiados antinflamatorios corre el riesgo de que hagan mucho menos efecto y el dolor de cuello sea mayor.

– Collarín cervical: No utilices un collarín cervical a menos que tu dolor sea insoportable y no puedas sostener ni tu propia cabeza del propio dolor o de los mareos que te produce la cervicalgia, si el dolor es leve o moderado es necesario mantener la movilidad del cuello de la persona, ya que el collarín provoca un debilitamiento en los músculos, perdida de movimiento articular y de masa muscular.

– Movimientos bruscos: No le tengas miedo a los movimientos, de hecho tienes que moverte para recuperar tu fuerza muscular, pero no de forma brusca, si le temes a hacer movimientos con el cuello generas más tensión. Lo recomendable es ir poco a poco y si te duele mucho, haz respiraciones acompasadas con los movimientos pertinentes.

– Mismos habitos: No vuelvas a hacer lo mismo que antes. Hay que buscar causas y pueden ser fruto de malas posturas, vida sedentaria, trastornos de ansiedad y depresión, hay que intentar cambiar hábitos para tener resultados diferentes. 

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¿Qué puedo hacer si tengo mucho dolor en el cuello y mareos cervicales?

El dolor en el cuello se caracteriza por ser muy molesto y, al estar ubicado en una zona clave del cuerpo, puede limitar la actividad diaria de la persona que lo sufre e incluso impedirle trabajar, realizar tareas domésticas e incluso presentar síntomas de mareo al subir el cuello de forma brusca, al bajar escaleras o al agacharnos.

Por ello, si la cervicalgia aparece, existen varios métodos para tratar de calmar sus molestias. En general, si el dolor es incómodo pero no intenso, se debe aplicar calor a la zona varias veces al día durante unos 20 minutos ayudará a calmarlo. Para ello se puede usar desde agua en la ducha hasta una manta eléctrica.

No obstante, si el dolor en el cuello es intenso y no remite con la aplicación de calor, el paciente puede recurrir a determinados medicamentos analgésicos, como el paracetamol, o distintos antiinflamatorios para reducir las molestias en el cuello.

Si estas soluciones funcionan para calmar el dolor en el cuello durante una semana, a partir de ese momento también se pueden aplicar masajes y estiramientos en la zona. El paciente podrá realizar estiramientos sencillos por su cuenta, como mover la cabeza de arriba hacia abajo y de un lado a otro lentamente, mientras que para recibir masajes conviene que se ponga en manos de un profesional en una clínica de fisioterapia.

Por lo demás, la persona que padece cervicalgia debe procurar continuar con su vida normal, siempre que las molestias no se lo impidan, ya que el reposo total en estas circunstancias no está recomendado y podría agravar o prolongar la cervicalgia. Asimismo, debe evitar cargar más de un kilogramo en cada brazo y hacer movimientos que despierten de nuevo el dolor en el cuello.

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¿Cuántos tipos de cervicalgia hay?

– Torticolis:  La torticolis es un dolor que aparece de repente, como por ejemplo cuando nos levantamos de la cama y hacemos un movimiento brusco o hemos dormido con malas posturas durante la noche, es limitante y en ocasiones, bastante doloroso y suele ser originado por movimientos brucos o forzados.

La torticolis puede ser subaguda, es de origen lento, moderado y puede durar dias o semanas, este dolor puede desaparecer de repente o convertirse en crónica, donde el dolor puede estar presente durante 3 meses o durante años, donde se puede dar una limitación moderada de la movilidad del cuello.

– Latigazo cervical: Normalmente es provocado por una flexión brusca del cuello. Esto genera una tensión excesiva en toda la zona cervical, los músculos del cuello…y mucho dolor que puede extenderse desde la cabeza, cuello, hombros y espalda.

El latigazo cervical puede darse por un accidente de tráfico, por deportes donde hay contacto con otras personas (es decir si una persona nos golpea por detrás, puede irradiar directamente al cuello) o por una caída.

– Degenerativa: Se desgastan las vértebras cervicales con el paso del tiempo como es el caso de la artrosis, la artritis, las hernias…

5 consejos para prevenir cervicalgias y dolor en el cuello

Evitar malas posturas corporales

Si se debe permanecer mucho tiempo sentado, conviene hacerlo con la espalda recta y las rodillas un poco por encima de la cadera, para lo que se puede usar un pequeño reposapiés. Al dormir, hay que procurar hacerlo bocarriba o de costado, nunca bocabajo, y con una almohada que deje el cuello recto y alineado con el tronco. Si se duerme sobre un costado, también es recomendable colocar un cojín entre los muslos.

El colchón sobre el que se descansa debe ser firme, ni demasiado blando ni excesivamente duro. Al conducir, hay que tratar de colocar el reposacabezas a una altura a la que el cráneo permanezca apoyado de forma cómoda.

Cambiar de postura y actividad que contracture el cuello

Si es posible, hay que cambiar de postura corporal y de actividad cada cierto tiempo, para evitar que la tensión se acumule en el cuello y provoque dolor cervical, así podremos prevenir un posible contractura en el cuello. Si se ha permanecido sentado durante mucho tiempo, es bueno caminar; si se ha estado de pie, hay que sentarse o caminar; si se ha permanecido tumbado bocarriba, hay que recostarse sobre un lado o levantarse.

Realizar estiramiento en el cuello y zona cervical

Además de actividades físicas de carácter general, si la cervicalgia suele ser recurrente el médico o el fisioterapeuta pueden recomendar ejercicios y estiramientos específicos para fortalecer y relajar la zona trasera del cuello. En el caso de que el dolor en el cuello ya haya aparecido, es recomendable dejar de hacer deporte durante un tiempo hasta que la lesión se vaya curando, y a partir de ese momento reincorporarse a la práctica deportiva de forma paulatina.

No cargar objetos pesados

Ni cargarlos, ni procurar levantarlos sin encorvar el cuerpo, con la espalda recta y flexionando las rodillas. Cuando se transporta de un lado a otro también hay que procurar llevarlos lo más cerca posible del tronco, y es recomendable evitar cargas que supongan un esfuerzo excesivo. Por último, si se arrastra cualquier elemento, es preferible empujarlo a tirar de él.

Aprender a relajar el cuello

Hay ocasiones en las que la cervicalgia aparece como consecuencia de sufrir trastornos psicológicos como el estrés o la ansiedad, por lo que es muy importante aprender a relajarse en periodos de mucha presión laboral. Técnicas de relajación corporal como el yoga o la práctica deportiva son muy recomendables para evitar futuros dolores en el cuello.

¿Que deportes ayudan con la cervicalgia?

Natación: La natación es un deporte excelente para el dolor cervical, es muy adecuado para esta dolencia ya que en el agua no se hacen movimientos agresivos. La natación y los ejercicios en el agua sirven para reducir el dolor de los músculos de la espalda. Como hemos dicho anteriormente, al estar el cuerpo en el agua y flotar, la columna no tiene que soportar todo el peso y el impacto en la espalda es mucho menor. Estar en el agua también aporta una sensación de bienestar y tiene efecto analgésico.

Eso sí, los ejercicios o entrenamiento deben aumentar de manera gradual para evitar lesiones.

– Yoga: El yoga es otro deporte excelente para la cervicalgia ya que activa la circulación sanguínea y aporta nutrientes a los músculos. Esta disciplina, nos ayudará mucho con las tensiones, pues el estiramiento de las fibras musculares harán que se encuentren más flexibles y menos rígidas, con esta práctica conseguiremos aliviar el dolor de la cervicalgia y la movilidad en general.

– TRX: el TRX es una modalidad deportiva que consiste en realizar ejercicios en suspensión con la ayuda de unas cintas especiales que sujetan nuestro cuerpo, suspendemos en el aire parte del peso de nuestro cuerpo de manera que los músculos que han de realizar el movimiento tienen en este peso una resistencia para una tonificación efectiva.

Con el TRX conseguiremos un buen fortalecimiento de la espalda y el cuello y no solo eso, sino que fortaleceremos los músculos de manera totalmente respetuosa con nuestro cuerpo, ya que todos los movimientos que se realizan están sustentados por el propio cuerpo, sin forzar y sin intensidad, solo la de la inclinación

¿Cuántas sesiones de fisioterapia son necesarias para un contractura cervical? 

Una contractura cervical puede resultar muy dolorosa y cronificarse en el tiempo sino se trata de forma adecuada. El esguince cervical o cervicalgia es de las causas más frecuentes en la visita al fisioterapeuta.

Si usted padece una lesión aguda primero tendrá que hacer mucho reposo, tomar analgésicos, antiinflamatorios o relajantes musculares pactados por su médico y finalmente acudir al fisioterapeuta.

En la mayoría de los casos se combina le tratamiento fisioterapéutico con el collar cervical para la inmovilización intermitente. No se recomienda usar collarín más de 72 horas ya que puede producir una atrofia muscular en las partes blandas de la espalda y el cuello.

Las sesiones de fisioterapia pueden variar dependiendo del caso en cuestión, si la cervicalgia o latigazo cervical es leve se realizaran unas 15 sesiones de rehabilitación, si usted padece una cervicalgia más grave, el tratamiento podría prolongarse hasta pasados unos 6 meses

¿Qué es la lumbalgia? Cura tus dolores lumbares

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¿Qué es la lumbalgia?

La lumbalgia o dolor en la espalda baja es uno de los problemas de salud más comunes del ser humano, puesto que más del 80% de la población mundial lo padece en alguna ocasión a lo largo de su vida. Se trata de un dolor muy molesto que puede variar en intensidad y duración, localizado en la espalda baja ,la zona de la espalda entre la última costilla y los pliegues de los glúteos. Afecta tanto a personas de avanzada edad como a adolescentes o niños, así como a hombres y mujeres indistintamente.

Padecer lumbalgia puede ocasionar grandes contratiempos a los afectados, puesto que la zona de la espalda baja es una zona que sostiene la mayor parte del peso superior del cuerpo y en la que se articulan los movimientos de la pelvis. Así, en función de su intensidad y prolongación, puede llegar a dificultar o imposibilitar por completo el desarrollo normal de la vida de la persona que lo sufre.

Por este motivo, hay que prestar especial atención a la lumbalgia , cuando tenemos dolores lumbares debemos acudir al médico o al fisioterapeuta si sus síntomas se vuelven insoportables o no remiten con el paso de los días. Y es que, pese a que en la mayoría de los casos se trata de un dolor de duración limitada y se resuelve por sí solo con el tiempo, una intensidad o duración desacostumbradas pueden ser síntomas de problemas más graves que una simple lesión muscular, que es su causa más común.

Causas del dolor lumbar o lumbares

El dolor lumbar o lumbalgia es un dolor o tensión muscular que se manifiesta en la región lumbar vertebral o paravertebral de la espalda, concretamente entre la parte más baja de las costillas y los glúteos. Su origen es variado y, en función de él, las molestias que se manifiestan son diversas.

En muchas ocasiones la aparición del dolor lumbar se debe a causas difíciles de prevenir, o a procesos biológicos que no se pueden evitar, como el ciclo menstrual o el embarazo en el caso de las mujeres, pero hay factores de riesgo que se pueden eludir para impedir que el dolor lumbar se manifieste. De esta forma, trabajos físicos desacostumbrados y desproporcionados, movimientos bruscos con cargas pesadas o malas posturas corporales pueden potenciar su aparición. Asimismo, determinados hábitos como el tabaquismo o el trabajo sedentario, así como problemas de salud como la obesidad, también aumentan las posibilidades de padecerlo. La edad avanzada, un mal estado de salud general o factores psicológicos o psicosociales, como el estrés, la ansiedad o la depresión, pueden estar también en el origen de una lumbalgia.

Curar dolor lumbar

¿A quiénes afecta la lumbalgia o el dolor lumbar, edades y población?

La aparición  de la lumbalgia o dolor lumbar no entiende ni de años ni de grupos de población, ya que puede manifestarse tanto en niños y adolescentes como en ancianos. Sin embargo, suele afectar con mayor recurrencia al tramo de edad comprendido entre los 40 y los 60 años, y el envejecimiento aumenta las posibilidades de padecerlo de forma crónica por el desgaste de la musculatura y los huesos de la zona.

Por sexos, las mujeres son más propensas a sufrir lumbalgia o dolor lumbar. En España, la prevalencia estimada del dolor lumbar entre la población adulta es del 14,8% de media, con una incidencia del 17,8% en las mujeres y un 11,3% en los hombres.

Más allá de su mayor o menor prevalencia por sexos, las cifras estadísticas también señalan que el 80% de las personas sufrirán lumbalgia o dolor lumbar en alguna ocasión a lo largo de su vida, y en el 7,7% de los casos las molestias se convertirán en crónicas. Esta última cifra es especialmente preocupante, ya que la lumbalgia de carácter crónico causa incapacidad en el 12% de la población que la padece aproximadamente, lo que impide a los pacientes afectados desarrollar su vida con normalidad y es causa habitual de jubilaciones prematuras.

Las personas más propensas a padecer dolor lumbar crónico o recurrente son aquellas que hayan tenido episodios de lumbalgia o ciática con anterioridad, quienes desarrollen trabajos con cargas físicas importantes de forma habitual y los que tengan una discapacidad previa o una edad avanzada. Asimismo, los trastornos psicológicos prolongados en el tiempo también son un factor de riesgo en la cronicidad del dolor lumbar.

¿Causas del dolor lumbar?

La lumbalgia puede tener un origen muy variado y, en función de él, el dolor que se manifiesta es diverso, aunque siempre localizado en la región lumbar. Las causas más comunes del dolor lumbar son biomecánicas, es decir, aquellas derivadas de lesiones tales como esguinces o traumatismos, malas posturas, exceso de peso, deterioro muscular de la zona, hernias o rotura de los discos intervertebrales, entre otras.

Sin embargo, la raíz de un dolor lumbar también puede encontrarse en enfermedades inflamatorias de las articulaciones, fracturas óseas por osteoporosis, trastornos en los aparatos digestivo, genital y urinario, procesos infecciosos, lesiones de cirugía, celiaquía e, incluso, cáncer.

Este origen tan dispar causa distintos tipos de molestias. Si es de tipo biomecánico, la sensación de dolor será más superficial y empeorará con el movimiento, determinadas posturas y los esfuerzos en la zona, como coger peso. Se calmará con reposo y posiciones del cuerpo que mantengan relajada la musculatura de la parte baja de la espalda.

En cambio, si la lumbalgia es producida por procesos infecciosos, inflamatorios o tumorales, el dolor tendrá un carácter distinto al biomecánico, más profundo y progresivo, sin una localización fija. En estos casos las molestias que causa no remiten con el reposo o determinadas posturas, y suelen estar acompañadas de otros síntomas de carácter general asociados a las patologías que las causan.

Si el dolor lumbar está originado por una hernia discal o por el desgaste de la columna vertebral a causa del envejecimiento, las molestias no se localizarán en exclusiva en la zona baja de la espalda, sino que también se extenderán a las extremidades inferiores. Este dolor suele aparecer de forma brusca y, por lo general, viene acompañado de alteraciones sensitivas o motoras diversas.

Por último, en las mujeres el ciclo menstrual puede ser el origen del dolor lumbar o la causa de su agravamiento si ya se había manifestado con anterioridad.

 ¿Cuánto tiempo dura la lumbalgia o dolor lumbar?

La duración de la lumbalgia o dolor lumbar es variable, y dependerá de las causas que lo han originado, la salud general del paciente, el tipo de lumbalgia que padezca y las acciones que la persona haya llevado a cabo para remediarlo. El dolor lumbar más común es el agudo, cuya duración es inferior a 4 semanas. Si las molestias en la zona baja de la espalda se prolongan de 4 a 12 semanas, entonces se trata de un dolor subagudo, mientras que si superan las 12 semanas su carácter es crónico. No obstante recomendamos que si el dolor es muy agudo se recurra a un masaje descontracturante en una consulta de fisioterapia

 

Recomendaciones para evitar la lumbalgia o dolor lumbar

Como ya hemos comentado con anterioridad, existen factores de riesgo para la aparición la lumbalgia o dolor lumbar que se pueden evitar para prevenirlo.

  • Postura lumbar correcta cuando no nos movemos: En primer lugar, es muy importante mantener una postura del cuerpo adecuada, porque gran parte de las lumbalgias agudas provienen de lesiones provocadas por posiciones corporales incorrectas al sentarnos, dormir o permanecer de pie sin movernos. En este sentido, el uso de muebles ergonómicos, tanto en casa como en el trabajo, pueden ayudar a reducir el riesgo de lesiones.
  •  Postura lumbar correcta cuando estamos sentados: Si el dolor lumbar aparece tras el sueño, es recomendable dormir con las rodillas encogidas en posición fetal. Esta postura ayuda a abrir las articulaciones de la columna y alivia la presión a la que están sometidas durante todo el día. Si se manifiesta por estar largas horas sentados en la oficina, la forma de prevenirlo es procurar sentarse con la espalda recta, un buen soporte lumbar y las rodillas algo elevadas sobre la cadera, para lo que se puede utilizar un pequeño apoyo como un reposapiés.
  • Evitar levantar objetos pesados con las lumbares: Hay que evitar levantar objetos muy pesados si no se tiene capacidad física para ello, y tratar de hacerlo siempre con la espalda recta y flexionando las rodillas, sin encorvarse, de modo que la fuerza la ejerzan las articulaciones de las piernas y los músculos del estómago. Una vez levantados, hay que procurar no realizar movimientos bruscos que puedan provocar una lesión.
  • Actividad física para fortalecer músculos lumbares: La actividad física también es una práctica muy efectiva para prevenir la lumbalgia, ya que determinados ejercicios contribuyen a fortalecer la musculatura de la zona lumbar y disminuyen las posibilidades de padecer sobrepeso. El deporte en general es siempre sinónimo de bienestar, pero en el caso concreto de la salud lumbar las prácticas más beneficiosas son nadar, caminar rápido, correr o montar en bicicleta. Asimismo, el yoga contribuye a estirar los músculos de espalda baja y aumentar su fuerza y flexibilidad.                                                      Pese a los beneficios del deporte, su práctica también puede derivar en una lesión de la zona lumbar, por lo que es importante ser consciente de la capacidad física de uno mismo y no excederla para evitar contracturas lumbares o roturas, es muy importante realizar estiramientos antes y después de realizar ejercicio especialmente si hemos trabajado ejercicios de fuerza con los músculos lumbares
  • Estilo de vida saludable: Por último, un estilo de vida saludable, con una dieta equilibrada y sin malos hábitos como el tabaco, también ayudan a prevenir la lumbalgia o el dolor lumbar. Con una alimentación adecuada se evita el sobrepeso y que los músculos de la zona inferior de la espalda se vean sometidos a contracturas por un sobreesfuerzo como consecuencia de la grasa que se acumula en torno a la cintura. En cuanto al tabaquismo, el humo reduce el flujo sanguíneo que alimenta la columna vertebral y favorece la degeneración de los discos vertebrales.

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Remedios caseros para curar lumbalgia o dolor lumbar

 

Si, pese a seguir los consejos para prevenirlo, la lumbalgia o el dolor lumbar aparece, existen varios métodos para aliviarlo de forma rápida. La aplicación local de calor contribuye a reducir las molestias musculares casi de inmediato, aunque su acción es corta y se diluye cuando se retira la fuente térmica. Las técnicas de fisioterapia aplicadas a la zona también pueden aliviar de forma significativa las molestias a corto plazo y ayudar a prevenir su reaparición, así como las manipulaciones vertebrales llevadas a cabo por especialistas.

 

Si todos estos métodos para reducir el dolor lumbar no dan resultados, también se puede recurrir a los medicamentos o analgésicos. Aunque, en este caso, es siempre recomendable acudir de forma previa a un médico para que examine el problema y decida si es necesaria la prescripción de fármacos o se puede optar por otra alternativa.

Los 5 mejores consejos para prevenir la lumbalgia o dolor lumbar

Mejorar la forma de sentarse: 

Las malas posturas a la hora de sentarnos son una de las principales causantes del dolor lumbar agudo. Para evitar la aparición de la lumbalgia o dolores lumbares, hay que tratar de sentarse con el respaldo recto, un buen soporte lumbar y las rodillas un poco más altas que las caderas. Para ello, se puede optar por ajustar el asiento o adquirir un reposapiés.

Dormir en posición fetal

Dormir sobre un costado con las rodillas dobladas es una de las mejores posturas para prevenir la aparición de la lumbalgia. No obstante, también se puede optar por dormir bocarriba siempre que se coloque un cojín o almohada debajo de las rodillas y la parte inferior de la espalda. Es conveniente evitar descansar bocabajo durante la noche.

No encorvarse al levantar peso

Al levantar objetos pesados hay que hacer fuerza con las rodillas y el abdomen, no con la zona lumbar. Hay que mantener la espalda recta y hacer fuerzas con las articulaciones de las piernas y los músculos del estómago. Es recomendable mantener el objeto que se va a elevar tan cerca del cuerpo como sea posible.

Ejercicio y estiramientos

Realizar deporte fortalecerá los músculos de la espalda y los hará más resistentes a lesiones. Las actividades físicas más beneficiosas para evitar el dolor lumbar o lumbalgia son nadar y caminar rápido. Antes y después de cualquier práctica deportiva es importante estirar la musculatura.

Usar zapatos cómodos y evitar los tacones

De esta forma aliviaremos la presión a la que sometemos a los músculos lumbares previniendo cargas o contracturas lumbares.

Cómo sentirse bien fisicamente

como sentirse bien

Consejos para sentirse bien físicamente

Haz ejercicio

Una de la claves para sentirse bien físicamente y la cual es muy saludable , es hacer “footing”, natación o andar regularmente, ya que son ejercicios físicos muy  fáciles y económicos de practicar, según los expertos andar alarga la vida por lo que vale la pena esforzarnos en hacerlo diariamente.  Para aquellas personas que tienen problemas de tiempo, siempre se puede aprovechar cualquier momento del día para activar el cuerpo, por ejemplo subir las escaleras en vez de coger el ascensor, evitar coger el coche para distancias muy cercanas y en su lugar ir caminando rápido.

Reduce el estrés

El estrés en momentos puntuales para resolver una situación puede ser sano y necesario. El problema viene cuando este momento puntual se convierte en algo constante en la vida cotidiana, es decir pasa a un estado crónico, la sustancia segregada en estos casos se llama cortisol, está puede ser tóxica para el organismo en grandes cantidades. Si mantenemos altos niveles de estrés durante mucho tiempo prolongado, con el tiempo puede desembocar en problemas cognitivos y otros tipos de enfermedades.

La  mejor recomendación para combatir esta situación es incorporar a nuestra vida cotidiana momentos de descanso que nos relajen y nos hagan desconectar de la rutina , notaremos una mejoría para sentirse bien físicamente.

estar bien con uno mismo
pensar en sentirse bien

Lleva una dieta equilibrada y nutritiva

La dieta equilibrada es aquella que nos aporta alimentos variados en cantidades adaptadas a nuestros requerimientos y condiciones personales, es decir en función de las características de cada persona (edad, sexo, composición corporal, complexión, estilo de vida etc.)

Para llevar una dieta equilibrada será necesario combinar de cada grupo de alimentos de la pirámide alimenticia de una forma correcta, así como distribuirlos bien a lo largo del día, prepararlos y cocinarlos adecuadamente.

El hecho de llevar a cabo una alimentación variada es, entre otros factores, una de las principales vías de promoción de salud y calidad de vida para sentirse bien físicamente. Por un lado, cubre las necesidades biológicas básicas para que el cuerpo funcione cada día con total normalidad y por otro, sirve como prevención y tratamiento ante ciertas enfermedades y/o alteraciones orgánicas.

Duerme 7 horas diarias como mínimo

Tan importante es llevar una dieta equilibrada como dormir adecuadamente un mínimo de horas diarias, cuando el organismo tiene carencias de sueño de forma continua puede derivar en enfermedades como sobrepeso e hipertensión. Al dormir el cuerpo realiza varias funciones, la más importante es el descanso físico y mental para sentirse bien físicamente. Lo que se aprende durante el día se consolida en las horas de sueño. También se lleva a cabo la regeneración de los tejidos y las células, la piel se restaura y se renueva el tono muscular.

Sentirse bien con uno mismo
Sentirse bien

Prevenir las enfermedades cardiovasculares

Las enfermedades cardiovasculares y cerebrovasculares son las primeras causas de muerte prematura en nuestro país, produciendo una fuente importante de discapacidad. Debemos prevenirlas para sentirnos bien físicamente.

Los principales factores de riesgo cardiovascular siguen siendo los mismos identificados hace varias décadas: consumo de tabaco, hipertensión arterial e hipercolesterolemia, así como diabetes, obesidad, sedentarismo.

¿Cuáles son los principales factores de riesgo en enfermedades cardiovasculares?

La hipertensión arterial

La hipertensión supone una mayor resistencia para el corazón, que responde aumentando su masa muscular (hipertrofia ventricular izquierda) para hacer frente a ese sobreesfuerzo. Este incremento de la masa muscular acaba siendo perjudicial porque no viene acompañado de un aumento equivalente del riego sanguíneo y puede producir insuficiencia coronaria y angina de pecho. Además, el músculo cardíaco se vuelve más irritable y se producen más arritmias.

La hipercolesterolemia

El colesterol es una sustancia grasa natural presente en todas las células del cuerpo humano necesaria para el normal funcionamiento del organismo. La mayor parte del colesterol se produce en el hígado, aunque también se obtiene a través de algunos alimentos. Se considera cuando las cifras de colesterol total > 200 mg/dl, es el factor de riesgo cardiovascular más prevalente y afecta al 50,3 % de la población adulta española.

Diabetes mellitus

La diabetes mellitus se produce cuando el páncreas no puede fabricar insulina suficiente o cuando ésta no logra actuar en el organismo porque las células no responden a su estímulo. Quienes padecen este trastorno tienen más riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular. Es muy importante aprender a prevenir la diabetes y mantener a raya este factor de riesgo cardiovascular.

El tabaco

Es la primera causa aislada de mortalidad prematura en nuestro medio . Los fumadores tienen tres veces más riesgo de sufrir una enfermedad cardiovascular que el resto de la población. El tabaquismo es la adicción al tabaco provocada, principalmente, por uno de sus componentes activos, la nicotina; la acción de dicha sustancia acaba condicionando el abuso de su consumo.

La obesidad

Las personas que tienen aumento de la grasa abdominal presentan un incremento importante del riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Por ello, mantener el peso dentro de unos límites razonables es muy importante para el normal funcionamiento del corazón, los vasos sanguíneos, el metabolismo, los huesos y otros órganos de nuestro cuerpo.

Sedentarismo

La inactividad física o falta de ejercicio se considera uno de los mayores factores de riesgo en el desarrollo de la enfermedad cardiaca e incluso se ha establecido una relación directa entre el estilo de vida sedentario y la mortalidad cardiovascular. Una persona sedentaria tiene más riesgo de sufrir esclerosis, hipertensión y enfermedades respiratorias.

El estrés

El estrés es la tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves. Los individuos competitivos, muy autoexigentes, apegados al trabajo y obsesionados con el éxito, son los más propensos a padecerlo.

El desarrollo de la enfermedad coronaria está íntimamente relacionado con los estilos de vida y los factores de riesgo asociados y está claramente establecido que su modificación y control pueden retrasar la aparición de la enfermedad coronaria antes y después de que se hayan producido eventos clínicos.

Top 10 recomendaciones para prevenir enfermedades cardiovasculares y

  • Realizar una alimentación cardiosaludable: Dieta equilibrada y variada con alimentos saludables.. Las frutas, verduras, hortalizas, pescado, aceite de oliva, carnes magras, cereales y lácteos desnatados no deben faltar en tu cocina. Recuerde: sal, azúcares y alcohol sólo en pocas cantidades.
  • Dedicar 30 minutos diarios al ejercicio. Elegir el que más se adapte a su condición física: caminar, bailar, correr, actividades al aire libre…
  • No fumar. Aun fumando poco se multiplica el riesgo de sufrir ataques cardiacos o cerebrales. Buscar ayuda si no puede dejarlo solo. su médico evaluará su estado y le aconsejará sobre cómo conseguirlo.
  • Controlar el peso. Medir el Índice de Masa Corporal (IMC). Es fácil: dividir el peso en kilos entre su altura en metros elevada al cuadrado. Si el resultado es mayor de 25 kg/m² se considera sobrepeso. Por encima de 30 kg/m² es obesidad.
  • Vigilar la grasa acumulada en el abdomen, ya que es peligrosa para el corazón. Medir el perímetro abdominal a nivel del ombligo. En la mujer debe estar por debajo de 88 cm y en los hombres por debajo de 102 cm.
  • Comprobar la tensión arterial. Si es una persona sana verifica anualmente que su tensión sigue por debajo de 140/90 mmHg. Si es hipertenso también debe mantenerla por debajo de estas cifras. Si ha sufrido un problema cardiovascular, cerebrovascular, renal o es diabético, su tensión tiene que estar por debajo de 130/80 mmHg. En estos últimos casos, los controles y medidas preventivas han de ser continuos.
  • Revisar los niveles de colesterol y glucosa. La mejor manera de mantenerlos a raya es seguir una dieta sana y hacer ejercicio. Si tras un análisis en ayunas las cifras están por encima de 190 mg/dl de colesterol total y 110 mg/dl de glucosa, debe consultar con un especialista.
  • Conocer tu riesgo cardiovascular y cuál debe ser tu estilo de vida. Consulte a su medico qué dieta seguir, qué ejercicios hacer, qué factores pueden perjudicar su salud… Actuar a tiempo es la clave para reducir los riesgos.
  • Aprender a controlar el estrés y la ansiedad. El aumento de tensión emocional es peligroso para el corazón. El estrés y la ansiedad en casa y en el trabajo hace más difícil seguir un estilo de vida cardiosaludable.
  • Comuníquese y relaciónese bien con los demás (escuche y hable). Tenga una actitud positiva ante la vida.
Sentirse bien con uno mismo
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